(EUA, 1976) de Jeff Lieberman, c/ Don Scardino, Patricia Pearcy, R. A. Dow, Jean Sullivan, Peter MacLean. 92’.
De todos los bicharracos, reales o inventados, que habitan las películas de terror, los que conducen el ataque al género humano en Squirm deben ser los más inusuales: las lombrices. Sí, vulgares anélidos de jardín, pero que –nos enteramos por este film, algo así como un “Los pájaros para autocines”–, al exponerse a una descarga eléctrica salen a la superficie terrestre convertidos en bestias carnívoras insaciables. Absurda premisa muy bien explotada por el director/guionista Lieberman, quien trabaja su ópera prima con un sentido del humor lo bastante torcido como para esquivar el camp. Las lombrices –ver para creer– provocan auténtico terror, reforzado desde la banda sonora (en la que no falta la siniestra cancioncita infantil en una noche de tormenta) por el chillido de ultratumba que acompaña su paso viscoso pero devastador.
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