14.5.09

Los Amigos del Mal - una introducción

¿Por qué el Mal? Una primera respuesta es fácil y demasiado tentadora como para rechazarla: ¿por qué no? La segunda, necesaria, se basa en la importancia de hallar algunas claves –cinematográficas, en este caso– para la comprensión más justa y la apreciación más sincera no tanto de lo “malo” sino de lo malo. Categoría objetiva, más que juicio de valor, lo malo atraviesa la historia del cine por caminos de tierra, muchas veces abandonados o sin salida. Desde nociones más o menos tradicionales como “arte termita” o “películas de medianoche”, los títulos de esta selección responden, en mayor o menor medida, a nichos de lo malo como el objeto de culto (The Rocky Horror Picture Show), lo fracasado (Golpe al corazón), lo fallido (Rock All Night), lo desbordado (From Beyond, Critters 2), lo generacional (Muchacho lobo), lo trucho (Frankenstein conquista el mundo, Infierno en el cosmos) o lo impuro (Greaser’s Palace). Todas coordenadas estéticas que no tienen –¡líbrennos!– nada que ver con el gusto por eso que suele llamarse equívocamente “bizarro”: en cada una de estas clasificaciones existe un amor sincero por el cine; existe la necesidad, existe la convicción de que el cine debe hacerse, agitarse y moverse como se pueda, en un sentido casi vitalista.

A su vez, el hilo visible que une a muchas de estas películas es la experimentación con –y el cruce de– los géneros que, a veces con absoluta seriedad y otras con espíritu lúdico, se dio en (los márgenes de) Hollywood desde fines de los años ’60. “De-generaciones 70/80” habría sido otro título posible para el ciclo. Pero esos movimientos, temblores y mutaciones no sucedieron en el vacío, y ahí están también Marihuana o Reefer Madness, resignificadas por los primeros cultistas, o el eje del mal Castle-Corman dejando intuir líneas genialógicas rastreables hasta en maravillas contemporáneas de toda contemporaneidad (Carretera perdida).

Por último, hay un pequeño grupo que se resiste a cualquier justificación ajena al placer que puede proporcionar(nos, les) su visión en pantalla grande: Criaturas celestiales, Aprile, Los amantes del Círculo Polar. Rabiosa, amorosamente autorales, representan algo así como la válvula de escape ante tanto terror(ismo) audiovisual.

Pero tres cuartos del nombre de este ciclo es “amigos de” y aquí, a riesgo de convertir esto en un discurso de aceptación del Oscar, debemos dejar constancia de nuestro agradecimiento eterno al gran Alberto Fuguet, co-responsable del mini-homenaje al Cineclub de Cali (que es ante todo una forma de recordar a Andrés Caicedo, ese mejor amigo que el tiempo nos impidió tener); a los críticos Juan Manuel Domínguez y Juan Pablo Martínez y a los músicos/cinéfilos/poetas Javier Sisti Ripoll, Antolín y Mora Sánchez Viamonte, que nos dieron diez manos enormes y entusiastas con las reseñas de las películas, y a los demás artistas de Laptra, musicalizadores de excepción para películas excepcionales. Y, por supuesto, a Fernando Martín Peña, sin cuya amistad y generosidad (y sin su cierto grado de locura para aceptar graciosamente cada uno de nuestros dislates) nada de todo esto tendría la menor importancia.

am/pm, 14.05.09

12.5.09

Re-Animator (VIE 5, 24 hs.)

(EUA, 1985) de Stuart Gordon, c/ Jeffrey Combs, Bruce Abbott, Barbara Crampton, Robert Sampson, David Gale. 86’.

Entonces Stuart Gordon dijo: “Ya hay demasiadas películas de vampiros”. Y allí fue, primero a la biblioteca a leer Herbert West: Reanimador de H.P. Lovercraft, y después a gastarse 24 galones de sangre falsa para hacer este cover gore, salvaje y fuera de norma de Frankenstein. El resultado: una criatura que ¡está viva!, sí, mucho más allá de los difuntos ‘80. Hasta podría decirse que Re-Animator es el sueño del doctor West: una película que sobrevive aun cuando a muchos de sus ingredientes se les haya pasado la fecha de vencimiento: científicos que explotan, actuaciones tan agudas como los sintetizadores de la banda sonora, tetas, gatos del más allá en heladeras verdes y jeringas flúo. Un cine que, aunque muchos lo den por muerto, sigue haciendo volar globos oculares.

Juan Manuel Domínguez

Piraña (SAB 27, 16 hs.)

(Piranha, EUA-1978) de Joe Dante, c/ Bradford Dillman, Heather Menzies, Kevin McCarthy, Dick Miller, Keenan Wynn, Barbara Steele, Belinda Balaski, Paul Bartel, Bruce Gordon. 92’.

Muchos años antes de su divina comedia (todos de pie: Gremlins 2), Piraña se subía, con una ayudita financiera del tío Corman, a la explotación pesquera del Tiburón de Spielberg. Pero Dante saqueaba esos planos con la camarita metida en el agua y el terror creado desde el montaje (bichos de caucho abajo, gente con cara de que le comen algo arriba) por todo lo alto, duplicando la apuesta original: todo aquí está empapado de autoconciencia, desde ese videojuego con el fichín del tiburón al comienzo hasta las pirañas de goma que constituyen una amenaza manipulada genéticamente por el Gobierno. El pequeño Dante aún no ilustrado: pelear contra la ley y que la ley gane; afilar los dientes/termitas para masticar una cinefilia que mira al sci-fi de los 50, y jugar a ser Spielberg disfrazado de Corman.

Juan Manuel Domínguez

Laptra va al Malba (JUE 11 a las 20, 22 y 24 hs.)

¡Laptra musicaliza!

Desde hace un lustro, el sello discográfico/cooperativa (no sólo) musical Laptra le refresca la cara a eso que a falta de mejor nombre se conoce como “indie”. Con Él mató a un policía motorizado como nave insignia, desde La Plata zarpan regularmente melodías nuevas hechas por y para una generación inquieta, que recorren –a veces con desparpajo rockero, a veces con inocencia infantil– la amistad, los viajes, los amores difíciles... y las películas.

Prietto viaja al cosmos con Mariano, Reno y los Castores Cósmicos, Go-Neko!, Shaman y los Hombres en Llamas son algunos de los evocativos nombres propulsados por la escudería. Otros tres de ellos estarán el jueves 11 musicalizando sendos clásicos del cine mudo.

A las 20, Niño Elefante (virtuoso guitarrista de EMAUPM, tecladista analógico y melodista policromático) le pondrá calidez al documental pionero de Flaherty, Nanook el esquimal. A las 22, Antolín (cantautor futurista, poeta tímido y fundador de la truchigalería de arte Corazones de Bully) reunirá ad-hoc a Los Amigos del Mal para invadir, a lomo de dinosaurio, la fantástica El mundo perdido. Finalmente, a la medianoche, serán el oscuro optimismo de los 107 Faunos y sus telepáticos diálogos de guitarras los que vayan, risueños, tras las huellas de la obra maestra de Keaton, Sherlock, Jr.

www.laptra.com.ar

Nanook el esquimal

(Nanook of the North, EUA-1922) de Robert Flaherty, largometraje documental. 70’ aprox.

Música en vivo de Niño Elefante



El mundo perdido

(The Lost World, EUA-1925) de Harry Hoyt, c/ Bessie Love, Wallace Beery. 100’.

Música en vivo de Antolín & Los Amigos del Mal



Sherlock, Jr.

(EUA, 1924) de Buster Keaton, c/BK, Kathryn McGuire, Ward Crane, Erwin Connelly, Jane Connelly, Joe Keaton. 50’ aprox.

Música en vivo de 107 Faunos

11.5.09

Scanners - Los amos de la muerte (SAB 27, 14 hs.)

(Scanners, Canadá-1980) de David Cronenberg, c/ Jennifer O'Neill, Stephen Lack, Patrick McGoohan, Lawrence Dane, Michael Ironside, Robert Silverman. 103’.

Diez años antes de su adaptación de El almuerzo desnudo, Cronenberg ya había visitado un capítulo de la novela de Burroughs para su aporte al por entonces en boga tema de la telepatía, telequinesis y demás poderes de la mente (Furia, El resplandor). Como los senders de Burroughs, los scanners forman una organización para dominar el mundo; uno de ellos es el único que puede detener al renegado Revok, villano inolvidable, actuado por Ironside con la misma energía maníaca del Jack Nicholson joven. La oscura pesadilla de Scanners se mueve entre dos de las escenas más recordadas de la obra del canadiense (ésta fue la penúltima película de DC en su país natal, y su complicadísima producción una de las razones para cruzar la frontera): la explosión tremebunda de una cabeza y el impactante, brutal, y aun así ambiguo duelo final.

Muchacho lobo (VIE 12, 24 hs.)

(Teen Wolf, EUA-1985) de Rod Daniel, c/ Michael J. Fox, James Hampton, Susan Ursitti, Jerry Levine, Matt Adler, Lorie Griffin. 91’.

Hay numerosas películas americanas sobre chicos populares (y no) en la escuela secundaria. Muchacho lobo se inscribe en esa tradición, en sus cimientos: a mediados de los ‘80, al lado de las emblemáticas películas de Molly Ringwald (El club de los cinco, La chica de rosa), encontramos a Michael J. Fox interpretando a Scott, un joven olvidable en los pasillos de su colegio. Hasta que una noche descubre que, debido a su herencia genética, puede convertirse en un hombre (muchacho) lobo. Gracias a su nueva condición animal, Scott se vuelve la estrella del equipo de baloncesto, lo que lo lleva a la popularidad y a comenzar una vida desenfrenada (memorable la escena en que baila sobre el techo de una camioneta en movimiento, con el himno californiano de los Beach Boys “Surfin’ USA” de fondo). Y sobre el final queda la enseñanza esperable, aunque nunca de más, sobre ser uno mismo y valorar a los amigos de verdad.

Mora Sánchez Viamonte

10.5.09

El sol rojo (JUE 11, 16 hs.)

(Soleil rouge / Sole rosso, España/Francia/Italia-1971) de Terence Young, c/ Charles Bronson, Toshiro Mifune, Alain Delon, Ursula Andress, Capucine. 112’

Si alguien todavía piensa que todos los western son iguales, que vea El sol rojo, entonces, y se convenza de la mentira más grande y tonta de la historia de la habladuría cinematográfica. La razón para que un ladrón como Charles Bronson cabalgue junto a un samurai como Toshiro Mifune en una búsqueda frenética para evitar morir y suicidarse, respectivamente, es bien lógica: el primero atracó con su pandilla un tren en el que iba el segundo, custodiando una espada sagrada, regalo del embajador japonés al presidente norteamericano. En el medio de todo, la pandilla traicionó a Bronson y los dos decidieron salir a recuperarla antes de que sea muy tarde para ambos. Y si creen que la dupla Bronson-Mifune no es lo suficientemente disparatada, sepan que el villano no es otro que Alain Delon.